En estos días de mayo 2018, todos hemos sufrido un tanto por los problemas en el servicio de transferencias bancarias electrónicas; desde luego esperar dinero o no saber dónde está el que enviamos, redunda en una ansiedad y un estrés por el que nadie quiere pasar, ello sin contar con los contratiempos que genera. Parece que las cosas están volviendo a su cauce y como sucede en estos casos, una de las tareas es reconstruir la confianza para que el servicio vuelva a su uso habitual.
No resulta raro que muchos no sepamos el número de teléfono de algún amigo al que llamamos con frecuencia, incluso que nos cueste trabajo recordar rápidamente el número de nuestras oficinas y es que estamos habituados a pulsar un botón y que el aparato haga todo el trabajo; en estos días comprendimos que es conveniente conocer los procesos de las transferencias electrónicas pues, del mismo modo, estamos habituados a dar un click en la computadora o el teléfono y que el sistema haga todo lo que tiene que hacer, ya lo sabemos, las fallas suelen ser marginales.
El hecho es que se puede rastrear paso a paso el camino que nuestro dinero sigue desde que se hace la solicitud de la transferencia hasta que se ubica en la cuenta receptora; la herramienta https://www.banxico.org.mx/cep/ que Banxico tiene a disposición de los usuarios nos permite hacerlo.
Para comenzar, es importante no olvidar la fecha de la transferencia, el banco emisor, el receptor y la cuenta, aunque debiéramos estar habituados a la CLABE, es un dato que se nos pierde con frecuencia y que también. Es necesario.
Al entrar en la página y hacer la búsqueda de nuestra transferencia, el mejor resultado consiste en que Banxico confirme, a través de un documento descargable, el Comprobante Electrónico de Pago (CEP), que los recursos fueron recibidos correctamente en el banco de destino, en este caso es el banco receptor quien aporta la información. Hasta aquí no hay problema, si se diera el caso de que aun contando con este CEP, la cantidad no consta en la cuenta de recepción, entonces hay un problema interno del banco que recibe, es ahí donde debemos buscar la solución.
Caso distinto es cuando el pago se realiza por SPEI pero Banxico no ha recibido la información del receptor; es decir, el dinero ya salió del banco emisor pero el receptor no ha emitido la información necesaria; el CEP no podrá ser expedido y, de nuevo, es en el banco receptor donde deben ser buscadas las explicaciones y las soluciones. Tiempo muy valioso se pierde haciendo indagatorias.
Por otra parte, puede darse el caso que el sistema reporte que el dinero sea devuelto por el banco receptor; en ese caso tampoco será posible contar con el CEP y los recursos deberán volver a la cuenta de la que salieron y es el banco emisor quien ha de informar al cliente sobre la situación de “se pago”; esto es, si existe alguna negativa, devolución o no se tiene la precisión de dónde está el dinero, es al banco emisor a quien se deben exigir las explicaciones y soluciones.
Es habitual que las transferencias se hagan en tiempo prácticamente real, que tarden cuando mucho dos horas y aunque es verdad que, en todo caso, el banco emisor tiene hasta cuarenta y ocho horas para cumplir la orden de pago, la experiencia nos demuestra que no ha sucedido dentro de las cuatro horas posteriores a la emisión de la orden es necesario verificar si es correcta la transferencia, es posible que se haya cancelado y sea necesario realizar de nuevo el procedimiento.
Por último, sucede el angustioso caso de que el sistema de SPEI no pueda emitir un CEP porque no se tiene información sobre la operación; en ese caso no vale la pena construir teorías, el hecho es que la operación no fue realizada y hay que hacer contacto de inmediato con el banco emisor para que explique la situación y se pueda tomar la decisión si se debe reponer el procedimiento o bien si hay que esperar un poco.
Los rumores son animales muy extraños que se alimentan de dos fuentes principalmente: de la ignorancia y del miedo; por un lado de que no sepamos cómo funciona el sistema y por el otro, que tengamos temor a que nuestro dinero se haya esfumado por arte de un haker o de algún bribón con conocimientos de informática. Al respecto, hay que recordar que no debemos hacer uso sino de las páginas oficiales de nuestro banco, identificarlo con claridad y no acceder a ninguna modificación, sospecha o innovación que pueda despertar nuestra suspicacia, en tal caso es mejor verificar con el banco; además, debemos ser claros en que todos los bancos responden por las cantidades depositadas en las cuentas y si, como ahora sucedió, acontece un ataque cibernético, la víctima es el banco y debe restaurar las cuentas tal y como constan los depósitos y los retiros; estamos ciertos, si el haker se roba el dinero se lo robará al banco, no al cuentahabiente.
No hay razones para desconfiar del sistema de SPEI, se le puede utilizar con tranquilidad y en muchos casos es preferible a cualquier otro sistema de pago.
César Benedicto Callejas
Abogado. Investigador SNI.
@cbch70