Después de una larga ausencia nos volvemos a encontrar, es grato disfrutar de la generosidad y apertura de este espacio por parte de Creditum; con sinceridad se agradece, por varios motivos, el principal de ellos es por su carácter, quedan pocos ámbitos así: sencillos, claros, más allá del encono y de la publicidad, un espacio para reflexionar no sólo sobre crédito y finanzas, sino sobre todo aquello, que en pesos y centavos, nos afecta. He vuelto a mi encuentro semanal con los especialistas de Creditum y es que, entre tanta información me resulta agradable, y no poco, que pueda charlar más allá de los papeles arrojadizos, las medias verdades y los desgarriates comunes en las redes sociales.
Desde luego que no siempre sigo “la mañanera”, pero es claro que esa reunión matutina fija, la mayor parte de las veces, la agenda cotidiana y bueno, es necesario, en los tiempos que corren, estar atentos y cuando el Presidente dio el anuncio de suprimir los fines de semana largos y de que las reacciones se dejaron venir en cascada, me puse reflexionar varios aspectos. Por un lado, escucho a la Asociación de Secretarios de Turismo (ASETUR) que dice que la medida de suprimir los fines de semana lagos implicaría una pérdida económica por 21 mil 512 millones de pesos, lo cual corresponde, en números gruesos al 1.1% del PIB turístico anual, además es igual al 0.7 por ciento del consumo interno en un sector que corresponde al 8.7 por ciento del PIB nacional.
Y eso es mucho dinero. Por otra parte, tomo mi calendario y descubro que este año es particularmente parco en materia de asuetos, arrancamos con el 1º de enero que fue miércoles y, conforme a la costumbre nacional, estuvimos mayoritariamente de vacaciones así que 2 y tres de ese mes prácticamente no hubo labores, vamos así tres días; durante febrero conmemoramos el día de la promulgación de la Constitución, pero como fue también miércoles, lo pasamos al lunes anterior, son con este cuatro días; el 21 de marzo, natalicio de Benito Juárez, se conmemorará el lunes 16, así serán cinco días; 9 y 10 de abril, son los días santos que aunque no son oficiales también prácticamente son de descanso, con ellos llevamos siete días, primera semana; el 1º de mayo no se cambia de día de conmemoración y son ya ocho, el 16 de septiembre tampoco se mueve en su celebración y suma nueve días; el 2 de noviembre no se presta al descanso generalizado así que no lo añadimos a la lista pero el 16 de noviembre conmemoraremos el inicio de la Revolución toda vez que el 20 será viernes, en este caso suma el décimo día; el 12 de diciembre será sábado así que, aunque no haya operaciones bancarias es fin de semana y tampoco se presenta como descanso generalizado; pero sí podemos añadir el 25 que será viernes. Once días en total, esto es más de una semana de vacación.
La cifra no deja de ser interesante. El punto, como se aprecia, desde la óptica del Ejecutivo no es económica sino política, como me hacen notar los expertos de Creditum, en el trasfondo, lo que la presidencia parece buscar, de acuerdo con la observación de su discurso, es la visibilidad de su discurso en los días históricamente relevantes; es decir, si celebramos en lunes a la Constitución y el día del discurso en Querétaro todo el mundo está trabajando, la audiencia y el impacto disminuye; no podremos olvidar la deslucida resurrección del desfile del 20 de noviembre del año pasado que resultó en caos vial y en un prácticamente nulo deslucimiento político, ocurrió de nuevo este febrero y no se quiere perder ese escaparate que durante décadas fue uno de los pilares de la siimbología política nacional que, ya se ve, si está en franco renacimiento.
Creditum hace un interesante esfuerzo en el estudio de los mercados y de los hábitos de consumo y sus expertos me permiten caer en cuenta de un hecho fundamental, los mercados no se adaptan necesariamente a las reglas jurídicas cuando éstas no implican sanciones directas, es decir, mientras un producto no deviene ilegal con una pena por su posesión, adquisición o venta, como el uso y posesión de drogas, sino que la normatividad tiende a desestimarlo o a evitar su consumo, como el alcohol o el tabaco con sus enormes cargas impositivas; entonces, el mercado encuentra formas de sortear esas presiones. El consumo vacacional está entre esos productos. En palabras llanas, si no tenemos fines de semana largos, pues nos volveremos a encontrar con los “puentes” que llenaron la picaresca y la tradición nacional por muchas muchas décadas.
Vuelvo a mi calendario, ahora de 2021. El 1º de enero será viernes, contemos el primer día de descanso; el 5 de febrero será viernes, dos días; el 18 de marzo, día de la Expropiación petrolera será jueves, pero como el 21 será domingo, pues porqué no recuperamos la tradición con el primer puente de dos días y vamos cuatro; en abril tenemos Semana Santa, dos días más para sumar seis; el 1º de mayo será sábado, sin pérdida ni ganancia; el 16 de septiembre será jueves, así que ya entrados en gastos tomemos el viernes, ocho días; pero el 20 de noviembre será sábado, sin pérdida ni ganancia tampoco, igual que el 25 de diciembre.
La cuenta cierra en ocho días, si prospera la idea de suprimir los fines de semana largos. Esta alegre cuenta, expansiva si se quiere se basa en un principio elemental de los mercados, la presión ante la idea de la supresión del producto estimula su consumo, es decir, ante la idea de la omisión de los días de descanso tenderemos a inventarlos o consumirlos de mayor manera. Como se ve, la comparativa de los días entre ambos años desfavorece al 2021 por razones naturales, pero como el tema ya está en la mesa, entonces se vuelve más llamativo, las ofertas de los prestadores de servicios harán el resto.
A fin de cuentas, lo que me comentan los especialistas de Creditum es la necesidad de estar atentos a lo que bien podríamos llamar coyunturas de mercados habitualmente estables; otro ejemplo, no importa si llega o no el coronavirus a México, el hecho es que si las sospechas de casos crecen o se presenta algún caso comprobado, aunque se aisle, la histeria del mercado creará oportunidades de mercado, cruel pero cierto.
De nuevo, gracias por leernos de nuevo, gracias por el reencontrarnos en estas páginas digitales.
César Benedicto Callejas. Escritor. Consultor. @cesarbc70