Pensar a Crédito

Todos tenemos la extraña sensación de que todo el mundo está detrás de nuestro dinero, es decir, que cualquier cosa que hagamos, en lo individual o en nuestra empresa, está bajo una especie de reflector y de inmediato aparecen las hordas de vendedores, comisionistas y hasta oportunistas que están buscando dar una buena mordida a nuestros ingresos; por otra parte, los gastos fijos y los extraordinarios nos mantienen siempre al borde de una espiral que parece nunca terminar. Lejos de llamar a la angustia, la economía y el mercado puede percibirse como un enorme juego con reglas muy claras en las que cuando se participa se puede ganar siempre y cuando se use la cabeza con frialdad y se tengan objetivos claros.

Una de las medidas más inteligentes que se pueden tomar es no esperar a que los problemas nos ahoguen, una planeación adecuada permite fijar objetivos y la manera de lograrlos, mantenernos en ellos y alejar tentaciones que nos distraigan de su alcance es una disciplina, sobre todo en momentos difíciles. El financiamiento pyme, por ejemplo, es un buen mecanismo para generar tranquilidad en un ámbito bien planeado.
Empresas de análisis y crédito, como CREDITUM, observan que el financiamiento para capital de trabajo es una opción segura a la que puede recurrirse cuando se requiere la compra de materia prima, creando un círculo virtuoso entre los inventarios y los pagos de los clientes; la adquisición de maquinaria, que aumente la eficiencia y el poder de trabajo que permitan mantener las operaciones del negocio.

Los expertos en financiamiento saben que tanto una buena salud financiera es importante a la hora de solicitar un crédito y ahí es donde quien busca crédito empresarial, comienza a arquear la ceja y a preguntarse cómo es que una empresa sana financieramente se acercaría a solicitar un crédito y es que el crédito es una herramienta de crecimiento que permite prevenir problemas y no debe concebirse sólo como una medicina cuando las crisis ya han llegado, expertos de CREDITUM comentan que cuando el negocio sabe cuál es el aspecto de actividad para el que requiere un crédito y la manera en que lo aplicará para obtenerlo, sus posibilidades crecen sensiblemente.

Aumentar la liquidez de la empresa en el corto plazo da la sensación de seguridad pero no puede hacerse de ella un espejismo, es importante tener en mente que al contratar créditos empresariales, sobre todo para capital de trabajo, hay que recurrir al corto o mediano plazo, y de esta manera, lograr el objetivo que se ha propuesto en el tiempo que el empresario se ha fijado; de ese modo la operación puede realizarse en sucesivas ocasiones, lo cual, cuando se han cumplido las obligaciones, eleva la calificación crediticia de la empresa y eso, es mucho más valioso que muchos de los aspectos tradicionales del capital que en los que los viejos empresarios confiaban. Es importante que dentro de la planeación se conviertan los activos no productivos en capital, que se revalúen aspectos que no se han considerado, como las marcas, las patentes, los derechos de autor, que generalmente descuidamos.

Después de todo, cada empresa está también a la caza de clientes y de ingresos, ese es el juego que todos jugamos dentro de la economía, el papel que nos corresponde a todos es resignar los ingresos y juntos componer el crecimiento del país del cual todos nos beneficiamos. El papel del crédito empresarial, entendido de esta manera, es un aliciente para la actividad, una forma de salir al paso de las obligaciones, pero, sobre todo, una plataforma de crecimiento porque lo que ningún crédito puede sustituir y hacemos mal cuando así lo imaginamos, es una planeación por objetivos adecuada y realista, un ejercicio disciplinado de los presupuestos y sobre todo, la imaginación y el arrojo para conquistar mercados con la calidad y el servicio. Ese, y no sólo pagar el crédito, debe ser el objetivo.

Lic. Oscar F Reyes Alvarez
Director General de Creditum.

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