Finalmente ha sido China quien ha comenzado la escalada de aranceles con los Estados Unidos, desde luego, este fenómeno presenta varios escenarios que no pueden perderse de vista en el contexto de la economía mundial; por un lado, las tensiones dentro del comercio internacional proveerán de mercados a quienes puedan ofrecer productos suplementarios en tanto los exportadores chinos y norteamericanos experimentan dificultades para satisfacer sus compromisos. En otras palabras, una vez que no hemos sido nosotros, los mexicanos, los que hemos sufrido el ansia proteccionista norteamericana, podemos avocarnos a ocupar en ambos países opciones de mercado que estaban ocupados por los contendientes. Esto, por su parte, también crea una presión favorable para resolver el tema del TLCAN.
Esta crónica de una guerra anunciada llega en mala hora para los Estados Unidos que está acumulando demasiadas presiones dentro de su esfera económica antes de sus elecciones legislativas. A final de cuentas, estamos en presencia de un reacomodo de las fichas económicas y políticas del juego internacional; una postura inteligente recomienda estar atento a las listas arancelarias que abrirán oportunidades para nuestros mercados. No puede perderse de vista que la reunión de los mandatarios de las dos coreas está también abriendo cauces de negociación inéditos hasta hace unas semanas y separando a Estados Unidos del protagonismo de la escena internacional.
Este brevísimo análisis de la situación del momento internacional suele parecernos muy lejana; la mayor parte de las veces solemos incurrir en dos extremos que por igual son elementos que pueden distorsionar las buenas decisiones; el primero es desentendernos del mundo como si las situaciones grandes y lejanas no tuvieran relación con nuestro mundo pequeño y cercano y el segundo, el contrario, suponer que la situación internacional o los manejos de las grandes economías pueden determinar de manera absoluta la marcha de nuestros negocios. En realidad, el justo medio o el sentido común, es el camino para sacar buen provecho de estas coyunturas.
Generalmente, las decisiones internacionales suelen reflejarse en el mediano plazo dentro de las economías adyacentes y dentro de las microeconomías, es decir, de nuestros negocios; la guerra arancelaria entre China y los Estados Unidos, se dejará sentir como un encarecimiento de productos entre ambas naciones dentro de los próximos dos meses, tiempo tanto para la implementación como para que los nuevos tratos comerciales se vean afectados; es en ese tiempo en el que una correcta planeación puede representar una ventaja para los productos nacionales.
Entre los productos que se ven afectados por estas medidas se encuentran algunas frutas frescas, frutos secos, el vino, carne congelada de cerdo y aluminio, por mencionar algunos de aquellos en los que nuestros mercados pudieran resultar competitivos. Una planeación emergente para aprovechar la ventaja puede ser determinante en estos momentos para establecer futuros nichos de mercado favorables.
En este caso hay varias instancias a las que se puede recurrir para concurrir a este gigantesco mercado; por un lado las cámaras de comercio Chino – Mexicanas que están ya buscando paliativos para la escalada de precios en los productos afectados; ProMéxico en cuanto a los mecanismos de exportación y el propio Bancomext como instancia financiadora de proyectos de exportación; desde luego, la opción de la contratación de un crédito de capital, como los que ofrece CRÉDITUM, es la opción más clara y fácil al alcance de la mano en estos momentos.
Sin duda, este año quedará para la memoria de muchos, los procesos electorales en Estados Unidos y en nuestro país, los fenómenos económicos mundiales y la situación geopolítica, están marchando en procesos que si bien no son del todo previsibles sí siguen una lógica de conservación de mercados que nadie quiere interrumpir; no estamos dentro de la tesitura de las guerras comerciales de los años 1970 y 1980 que traían auténticas crisis globales consigo, la mayor extensión de los tratados de libre comercio y complementación económica en el mundo están colaborando a que los daños sean mucho menores y podamos disponer de salidas alternas tanto para sus protagonistas como para quienes podemos proponer soluciones en el mediano plazo para sus contingencias comerciales. El secreto está en observar con cuidado y aproximarse a los expertos.
César Benedicto Callejas.
Abogado. Investigador SNI
@cbch70
